lunes, 27 de abril de 2009

Labores de la iglesia

Jesús cuando estaba en la cruz y mientras sus verdugos lo insultaban, dijo: «Padre perdónalos porque no saben lo que hacen», y así, a lo largo de los años miles de mártires han muerto diciendo esas mismas palabras que he transcrito.

Otra de sus características es la labor humanitaria llevada a cabo por misioneros y congregaciones religiosas en hospitales, escuelas y leproserías dispersadas por todo el mundo. También hay que destacar la labor de Cáritas, Manos Unidas y muchos más.

Yo soy católica y doy gracias a Dios por haberme dado el regalo de pertenecer a esta Iglesia maravillosa.

La iglesia católica


La Iglesia católica es una institución de carácter religioso, profesante del cristianismo, organizada y estructurada en Ciudad del Vaticano, enclavada a su vez en la ciudad de Roma. Se cuenta entre las organizaciones estatales más antiguas del mundo [cita requerida]. Abarca aproximadamente el 55% del total de los cristianos.

En ocasiones es aludida como Iglesia Católica Apostólica Romana o como Iglesia Católica Romana; algunos que hacen esto sostienen que las iglesias de la Comunión Anglicana y las Iglesias Ortodoxas se reconocen a sí mismas como la "Iglesia, una, santa, católica y apostólica" del Credo y que también son católicas (tanto en sentido etimológico como en todo el contenido del término) si bien no es la única diferencia el no estar bajo la autoridad del Papa, o bien se trata de personas procedentes de países en los que el habla ha adoptado esta expresión debido al uso intenso por parte de comunidades relevantes de anglicanos y otros protestantes y de ortodoxos. Sin embargo, existen Iglesias en plena comunión con el obispo de Roma que, al tener tradiciones litúrgicas distintas, no añaden el término "Romana". Por lo tanto, para englobar a las Iglesias orientales católicas y la Iglesia Católica Romana se usará el término más general Iglesia Católica, tal como está en el título del artículo.

En los países en los que el culto católico es mayoritario, a la Iglesia católica se le conoce normalmente con el término la Iglesia, término que en países como Suecia se aplicaría a la iglesia nacional luterana, o en Rumania, Bulgaria, Montenegro, Serbia, Georgia, Rusia, Albania, Etiopía, Armenia, la ex República Yugoslava de Macedonia o Grecia, a la Iglesia Católica Apostólica Ortodoxa.

A raíz del Concilio Vaticano II (durante los años 1960), surgen otros términos que hacen referencia a distintas formas de entender la naturaleza y objetivos de la Iglesia católica, tales como Sacramento de Cristo, Pueblo de Dios, Cuerpo de Cristo y Esposa de Cristo.

La Iglesia católica es la rama más grande del cristianismo, y la que tiene una mayor organización.[2] De acuerdo con el Anuario de Estadísticas de la Iglesia, el número de bautizados en el catolicismo a nivel mundial a finales de 2004 era de 1.098.366.000 o aproximadamente una de cada seis personas de la población mundial.[3]

La Iglesia católica tiene su sede central en el Estado de la Ciudad del Vaticano (Vaticanus Ager, en latín y oficialmente; Stato della Città del Vaticano, en italiano), un enclave dentro de la ciudad de Roma, en la República Italiana. El Estado Vaticano es un estado independiente y reconocido internacionalmente.

Su jefe de estado es el Papa, quien recibe el trato honorífico de Su Santidad (S.S), y que en la actualidad ostenta Benedicto XVI, nombre adoptado por el Cardenal electo Joseph Ratzinger, de origen alemán.

¿Qué es la iglesia?

La Biblia describe a la iglesia cristiana como visible e invisible. Las "iglesias visibles" son denominaciones e iglesias independientes que podemos ver y que se reúnen públicamente. Sus miembros son conocidos y algunas veces están registrados en los libros de sus iglesias. Los miembros de la "iglesia invisible" son aquéllos cuyos nombres están registrados en los libros del cielo, y no podemos ver quiénes son. No todos los nombres registrados en los libros de la iglesia visible están registrados en la iglesia invisible del cielo. El libro de la vida del Cordero tiene registrados todos los nombres de los santos de Dios, desde Adán hasta el fin del tiempo
Los cristianos que aceptan a Cristo Jesús como Salvador y Cabeza de la iglesia, y a su Palabra la Biblia como su única regla de fe, pertenecen a la Iglesia Cristiana Universal. Puede que su afiliación denominacional separe a su iglesia local de otros cristianos a causa de los credos, doctrinas, y declaración de creencias de su iglesia. Sin embargo, los cristianos están unidos en una sola "iglesia universal" mundial. Éste es el cuerpo de Cristo, al cual Ud. se han unido por medio del bautismo, y por la fe en su sangre derramada, que expía nuestros pecados.

lunes, 20 de abril de 2009

Arca de la alianza


Según el libro del Éxodo, Yahvé se dirigió a Moisés para que construyera un receptáculo susceptible de albergar unas tablas de piedra, sobre las cuales el propio Dios escribió su testimonio, para beneficio del pueblo que años antes, invitó a rebelarse contra el gobierno faraónico con objeto de seguirle ciegamente, a un largo peregrinar por el desierto hasta que arribaran a la llamada tierra prometida, la cual para desgracia de todos, ya se encontraba habitada por una raza llamada cananeos (el error estratégico fue tan grande que aún hoy en día, continuamos padeciendo sus consecuencias[1]).

El mencionado recipiente era de madera recubierto con metal áureo y fue bautizado con el nombre de Arca de la Alianza, pues suponía la unión física y no sólo espiritual, entre una divinidad regente superior y una determinada etnia humana.

Este objeto ha sido catalogado, como uno de los más sagrados que ha poseído el colectivo judío. Su atractivo ha hecho que reyes, religiosos, militares, y actualmente investigadores de lo desconocido, lo traten como un botín codicioso y no es para menos, pues según la Biblia, tenía la facultad de transmitir los mandatos y comunicaciones del Dios bíblico a los hombres que la custodiaban. Además, al Arca de la Alianza, se le atribuían grandes prodigios y espeluznantes poderes, entre los cuales vemos su capacidad de matar a personas, o echar por tierra murallas empedradas, como sucedió en la ciudad de Jericó.

Ese poder destructor, despertó el deseo posesivo del canciller Adolf Hitler, pues sabía que además de servirle como una devastadora arma capaz de aniquilar ejércitos, podría usarla para sus propios entramados ocultistas, necesarios para dominar el mundo. Ni qué decir cabe que muchos cabalistas presos en los campos de exterminio, fueron “requisados” por las SS para así lograr un amplio conocimiento de ésta ciencia sagrada.