Este corto es el resultado del trabajo emprendido por las personas que trabajan en el Centro de Estancia temporal de Cáritas Diocesana de Burgos, así como por las personas que allí residen. Es fruto de un trabajo conjunto, de un sueño compartido, de una experiencia que promueve el potencial creativo de todo el que quiera aportar su granito de arena. Es una forma reivindicativa y de denuncia que se sirve del séptimo arte como excusa, es un proyecto que demuestra que con grandes dosis de: generosidad, tenacidad, buenos amigos y compañeros y de personas que saben superar obstáculos para ver cumplido un sueño; los resultados son alcanzados y visibles y más aún en este caso, donde es, precisamente éste, uno de los principales objetivos: visibilizar una realidad hiriente que pone en evidencia ese estado del bienestar del que tantas y tantas veces hemos presumido. Para ello este corto se sirve de unos personajes que lejos de ser desconocidos por todas aquellas personas que de una u otra forma trabajamos en la intervención social, ilustra lo que podría ser la cotidianeidad de cualquier Centro de Acogida de la Red de Recursos y Acciones para Personas en situación de sin hogar de la Confederación de Cáritas Española.
Los recursos son fácilmente identificados: Albergue, atención profesional, voluntariado, comedor, ropero, talleres…..y también las problemáticas de aquellas personas que hacen uso de estos servicios: paro, adicciones, inmigración, salud mental, soledad...
Este corto nos presenta una breve historia de superación personal y grupal. La personal es la de Mario que a través del trabajo realizado en el Centro de Estancia Temporal consigue vencer sus dificultades y reconciliarse con su vida y la grupal es la de todos aquellos que ante la dificultad que presenta Laura de falta de fondos económicos para el sostenimiento de los talleres del Centro, consiguen superarla en un trabajo conjunto y participativo de recaudación de fondos económicos a través de la exitosa organización de una gala. Esta participación es un elemento clave en toda la historia: se participa en las tareas del centro, se participa en los talleres, se participa en la gala. En definitiva se participa en un contexto de crecimiento compartido que facilita el empoderamiento personal y colectivo.
Y comienza el corto con la narración de ese irónico experimento realizado por el prestigioso violinista Joshua Bell en la estación de metro L´Enfant Plaza de Washington en el que demuestra que el talento no es valorado cuando está fuera de contexto, que el éxito es un concepto relativo si sales de los círculos que te confieren valor, que la calle te da crédito si estás en ella de paso y te lo quita si haces de ella tu hogar. En definitiva nos muestra la dureza y violencia que conlleva vivir en la calle, el sufrimiento de las personas que viven esta situación, los escasos recursos con que intentamos abordar tan graves problemas y la esperanza de ver que algunas historias de vida pueden ser revitalizadas cuando la voluntad, el trabajo y el esfuerzo se abren paso entre la fatalidad y la desesperanza.
Por eso seguimos necesitando gente como tú, que de lo mejor de sí misma, que crea que una sociedad más justa para todos es un sueño por el que vale la pena luchar, que sepa superar obstáculos de manera tenaz y creativa, que vea en los ojos de las personas que sufren estas injusticias una posibilidad urgente para el cambio. Y lo que es más importante: que os encontremos en el camino cuando la vida nos haga tropezar.
Este corto es un trabajo, en clave cinematográfica, que demuestra que cualquier soporte es válido para la denuncia, para la participación, para la creatividad, para la esperanza. Esta es, por tanto, la historia de Mario, otro Stradivarius más en busca de una segunda oportunidad.
No hay comentarios:
Publicar un comentario